Hace ya más de un año, cuando apenas llevábamos un par de meses con esta terrible pandemia derivada por el COVID-19. Hice una reflexión, con motivo de un par de preguntas que me hizo mi amigo Gustavo Yepes https://tucaminoalexito.com, ¿Qué has aprendido? y ¿Qué te hace pensar que el mundo ya no será el mismo? En ese momento, esta fue mi reflexión:
“Luego de algunas semanas de estar viviendo esta interesante y delicada experiencia, me ubico en dos escenarios, el Hoy y el Mañana:
1.- Hoy, me doy cuenta sobre los cambios que he venido dando a mi rutina de vida que apenas unas semanas atrás ni siquiera era capaz de pensar. Hoy he aprendido que no hace falta ser un soldado armado para participar en una guerra. Hoy me siento un soldado, un soldado diferente donde mi labor no es atacar al enemigo sino resguardarme y protegerme lo mejor posible, tanto a mi como a los soldados que me rodean. Estoy aprendiendo a vivir y sobrevivir en una guerra que siempre vi como posible sólo en películas.
2.- Mañana, me despierto y me doy cuenta que sigo vivo, sobreviví a la guerra, y cuando miro atrás reconozco que durante el proceso, aparte de protegerme, aprendí muchas cosas nuevas, por ejemplo, ahora soy un experto en el manejo de reuniones online. Pude conectarme con muchas personas, viejos amigos, viejos estudiantes y nuevas conexiones para mantenerme activo haciendo las cosas que me apasionan y me conectan con la trascendencia, que es y ha sido mi búsqueda al nivel mas alto en la jerarquía de Niveles Lógicos y Neurológicos que aprendí en la Programación Neurolingüística (PNL).
Si antes fui agradecido de sentirme parte de una familia unida y de contar con buenos amigos, ahora más que nunca celebro el hecho de, que no importan las distancias ni las circunstancias, lo que siembres con tu actitud, presencia y constancia en la interacción con los amigos y con los seres que amas, siempre te dará una extraordinaria cosecha.
También puedo comprobar el poder de la resiliencia como un valor intrínseco en los seres humanos, que tenemos esa capacidad de salir fortalecidos de los momentos apremiantes y difíciles que nos toca atravesar por el hecho de estar vivos.
Y en ese “mañana” no solo me evalúo yo. También observo como el mundo cambió. La gran mayoría de las personas aprendió a dar más valor a la vida, a sentirse agradecido de haber sido parte de esta generación que vivió y sobrevivió este holocausto moderno. Es como cuando se ha superado una enfermedad muy grave y durante ese proceso de estar jugando entre la vida y la muerte, reflexionamos sobre lo que hemos hecho bien o mal, lo que hemos pospuesto, las palabras de agradecimiento que no dijimos, la llamada y el te quiero que pude hacer y disfrutar, pero que, culpando al tiempo y a la ocupada rutina, o sencillamente por descuido, siempre las fui dejando de lado.
Si!!, quiero creer, que esa nueva actitud ante la vida también pasó a ser, gracias a la pandemia, el otro virus del que afortunadamente también quedamos contagiados.
Graciassss!!!!”
Ahora, a más de un año de esta reflexión, la repaso y sigo convencido, de esas líneas que escribí en su momento. La guerra no ha terminado y ha costado muchas vidas. A todos nos ha tocado despedir, lamentablemente en la mayoría de los casos desde la distancia, a familiares, amigos y conocidos, que tristemente terminaron siendo víctimas fatales, y sólo ruego porque los que seguimos en pie, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para seguir protegiéndonos y a la vez proteger a los demás.
De la misma manera, mi visión del mañana sigue siendo la misma, y en lo personal he venido haciendo las cosas en función de esa visión. Sí, he cambiado, he aprendido, he rescatado y reactivado viejas amistades y por supuesto, he hecho muchas nuevas, y ¿el mundo? Por supuesto igual, también ha cambiado y sigue cambiando.
Como en toda guerra, hemos sentido miedo, hemos sufrido y hemos llorado. Pero esto también pasará.
Si podemos hacer un mundo mejor. Hagamos que suceda H.Q.S.
Gerardo J. Velasquez D.